viernes, 13 de abril de 2018

Atención basada en el valor: la perspectiva del paciente








Cada vez más organizaciones están adoptando el nuevo modelo de la atención sanitaria basada en el valor o value-based health care (VBHC) donde, según la fórmula desarrollada por Michael Porter:


                                Resultados que importan al paciente
                                        Valor =  ______________________________
                                                                           Costes



Para que los resultados puedan medirse de manera correcta y estandarizada, el International Consortium for Health Outcomes Measurement (ICHOM) —organización sin ánimo de lucro a la que recientemente se ha unido el Hospital Vall d’Hebron— está definiendo conjuntos de indicadores estandarizados por condiciones clínicas. (Les recomiendo releer el artículo que en este mismo blog publicó el doctor Jordi Varela.) En esta línea, el Hospital Vall d’Hebron, que está implementando este nuevo modelo de atención, ha puesto en marcha grupos de trabajo para definir los indicadores que aportan valor a los pacientes para las condiciones clínicas de ictus y cáncer de próstata localizado.


En un modelo de atención centrada en el paciente (alineado con la atención basada en el valor), es clave empoderar a los pacientes para que sean ellos los que informen de los resultados que más les importan, sin que interfiera la interpretación del clínico, la enfermera o el trabajador social. A la vez, es necesario sensibilizar a los profesionales sobre cómo se siente el paciente, y hacerles partícipes de la metodología que identificará los aspectos que aportan valor al paciente.

Con la metodología del pensamiento de diseñador (design thinking) y utilizando herramientas como el mapa de empatía (imagen que ilustra el artículo) y el mapa de la experiencia del paciente, en el Hospital Vall d’Hebron han organizado grupos en los que han participado clínicos, pacientes, familiares, trabajadores sociales y representantes de los pacientes, con el objetivo de definir juntos los indicadores para las enfermedades señaladas anteriormente, y se han diferenciado tres tipos:

  1. Las medidas de los resultados de los que informa el paciente (patient reported outcome measures, PROM), relativas a problemas que repercuten en su calidad de vida y de los cuales informa directamente el paciente. En el cáncer de próstata localizado algunos resultados tienen que ver con la pérdida de relaciones sociales, la disfunción eréctil o la incontinencia urinaria. 
  2. Las medidas de las experiencias de las que informa el paciente (patient reported experience measures, PREM), relativas a su experiencia durante todo el ciclo de atención (primaria, hospitalaria y social) y relacionadas con aspectos como el hecho de recibir información clara y comprensible, si ha habido decisiones compartidas o si los tiempos de espera han sido adecuados.
  3. Las medidas de los resultados clínicos. Estos resultados también son importantes desde la perspectiva del paciente, pero los registra el profesional y están relacionados con la supervivencia, las complicaciones o los reingresos.
Estos grupos de cocreación y el análisis de los resultados que son importantes para el paciente serán el punto de partida de las conversaciones y las decisiones compartidas entre profesionales, pacientes y familiares. Lo cual no solo mejorará sus relaciones, sino también los costes de la atención, ya que, al simplificar procesos y disminuir la atención fragmentada, se obtendrán resultados más eficientes, y se hará coincidir de nuevo eficacia, efectividad y eficiencia.

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