lunes, 15 de febrero de 2016

¿Quién atiende a los pacientes mentales?








La red de recursos de salud mental siempre ha sido un mundo aparte, quizá ahora menos, pero nuevos datos dicen que la integración de redes está lejos de lo que sería deseable. Las razones para ofrecer servicios conjuntos son varias, y aunque la reducción del estigma parece la más importante, ahora un estudio de Nuffield Trust, hecho en el ámbito inglés, revela que la atención que reciben los enfermos mentales de sus problemas más estrictamente físicos de salud, está muy por debajo del de la población general.

El estudio parte de dos grupos de pacientes: unos tenían hospitalizaciones previas por problemas mentales y los otros también tenían ingresos previos pero por causas no mentales. El análisis compara el uso hospitalario de ambos grupos entre 2009 y 2014 con resultados preocupantes.

Las personas con enfermedad mental han ido a las urgencias hospitalarias 3,2 veces más, y han ingresado en el hospital por la vía de urgencias 4,9 veces más, pero -aquí la sorpresa- sólo una quinta parte de estas hospitalizaciones se debieron a problemas mentales. Siguiendo en la misma línea, si estas hospitalizaciones urgentes se filtran por el criterio de las que son potencialmente evitables, la diferencia se mantiene muy alta, 3,6 veces más, dato que avisa de que el grueso de estas hospitalizaciones excesivas fueron debidas a patologías físicas que se habrían podido resolver en un entorno comunitario o de atención primaria. El estudio da un montón de cifras más específicas, pero todas van a parar al mismo lugar.

Holly Dorning, investigadora Nuffield Trust, y primera firmante del trabajo, dice: "Es muy sorprendente que las personas con enfermedad mental vayan mucho más a urgencias por motivos no mentales. Este hecho cuestiona seriamente el modelo fraccionado de redes en paralelo, la de salud mental por un lado y la general por la otra. Si continuamos tratando los enfermos mentales de manera aislada los estamos privando de los servicios esenciales de salud a los que tienen derecho".

Cuando en una etapa de mi vida profesional fui Director del Instituto Municipal de Psiquiatría de Urgencias de Barcelona (entonces conocido como IMPU) una de las cosas que más me impactó fue que los pacientes ingresados ​​tenían un nivel de cuidado de su salud absolutamente subóptima, por decirlo con corrección. Y, por varios motivos, entre ellos éste, decidí imitar a Franco Basaglia. Tenía que cerrar aquel manicomio para atender a los enfermos mentales en fase aguda en un entorno de hospital general y, seis años más tarde, por fortuna para los pacientes, lo conseguí.

Cerrados los manicomios, ahora el reto es conseguir que, en el ámbito comunitario, los enfermos mentales reciban una atención global de su salud, y no parece que el mantenimiento separado de las redes sea el modelo más recomendable, al menos a la luz de las datos del estudio de Nuffield Trust.

Posted by Jordi Varela, editor

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