lunes, 29 de diciembre de 2014

Médicos de familia: es momento de apostar fuerte


La oferta de plazas de médicos de familia de la última convocatoria MIR del gobierno español es de 1.671, apenas un 25% del total de las especialidades convocadas. Y la pregunta es: ¿esta promoción anual de futuros médicos de familia garantiza las necesidades de una población cada vez más envejecida? Si hiciéramos caso de un informe elaborado por expertos británicos, "Securing the future GP workforce", la respuesta sería claramente negativa. En dicho documento se asegura que para afrontar los retos en cronicidad desde la atención primaria, sería necesario que la mitad de los estudiantes de medicina que ahora se gradúan se convirtieran en médicos de familia. Pero, ¿cómo hacer más atractiva la profesión si su descrédito es tal que, cada año, en la convocatoria MIR quedan plazas vacantes, y los abandonos durante la formación llegan al 15%?

En una encuesta (¿Por qué los médicos huyen y rehúyen la Medicina de Familia? González B, Barber P y Ortún V) realizada a estudiantes de sexto curso de medicina se destaca un hallazgo sorprendente: los estudiantes prefieren especialidades generalistas, incluida la medicina familiar. La sorpresa, sin embargo, dura poco, porque después de la extenuante preparación para la prueba MIR, la mayoría de los ya graduados viran de opinión y se decantan por especialidades más técnicas. La misma encuesta advierte que, en este cambio, se detecta no sólo la influencia del examen MIR, sino también otras cuestiones relevantes como las condiciones laborales, las de remuneración y las de prestigio.

La influencia de la formación en las facultades de medicina

Los estudiantes son sensibles a la formación recibida. De hecho, la tendencia que tienen antes de la prueba MIR en favor de especialidades más generalistas viene dada, según los investigadores, por unos programas curriculares fuertemente troncales. Lástima que, con los últimos datos de los que dispongo, sólo el 28% de las facultades de medicina españolas ofrecen la medicina familiar como asignatura, lo que significa que aproximadamente tres cuartas partes de las facultades desaprovechan la oportunidad de influir, desde la formación de grado, en las vocaciones primaristas de los estudiantes.

En un artículo en el British Medical Journal, "Fire the Medical Schools Council if you want more GPs", Richard Wakeford explica que revisó las páginas web de 33 facultades de medicina públicas del Reino Unido, y que descubrió que sólo en una, Brighton and Sussex Medical School, se hablaba abiertamente de la medicina familiar como una oportunidad profesional. Dada la rareza del fenómeno, les presento el video que lo certifica:



La influencia de las condiciones laborales

Los estudiantes de medicina, bien parapetados en prácticas en los hospitales, tienen una imagen de la atención primaria como un lugar donde se realiza una medicina burocrática (recetas, bajas, informes, etc.), en un clima desbordado por montones de pacientes de interés clínico escaso, y sobre todo con mucha precariedad laboral, y con salarios más bajos que los de los especialistas; aspecto, este último, que todos los estudios comparativos confirman, tanto aquí como en el Reino Unido.

La influencia del prestigio profesional


Por lo que se refiere al prestigio profesional, la atención primaria siempre pierde la partida. Este es un hecho histórico, aunque lleno de contradicciones. Pero hay que estar atentos, porque ahora está surgiendo una oportunidad que convendría aprovechar. Los programas de integración de servicios para los pacientes crónicos deberían conseguir que la visión del médico de familia se reforzara en centralidad y liderazgo, y ello se debería percibir a través del trabajo multidisciplinar y de la oferta de servicios adecuados a las necesidades de cada persona. Que los pacientes se den cuenta de que los médicos de familia y los especialistas se reúnen, y que conjuntamente pautan un plan para ellos, creo que es una nueva circunstancia para mejorar el prestigio de los médicos de familia.

Cuando la sociedad necesita más que nunca una atención integrada, no podemos permitir que la medicina familiar cotice a la baja, y por eso hace falta una estrategia formativa (intensa) en las facultades de medicina, selección MIR apropiada a esta estrategia, potenciación de la integración de servicios, y sobre todo mejoras claras en las condiciones laborales de los médicos de familia; no sólo en salarios, pero también en salarios.

Y para el lunes próximo: "Enfermeras de práctica avanzada: es momento de apostar fuerte".



Jordi Varela
Editor

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